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El Caballo

El caballo criollo, como el berberisco y la mula, tienen sólo cinco vértebras lumbares, mientras que los caballos persas, árabes y tártaros pesen seis. Cuentan con más dientes que la yegua, pues es muy raro que ésta tenga costillas.
El caballo criollo, es tan sufrido como el númida, es capaz de andar treinta leguas, o sea ciento cincuenta kilómetros de sol a sol.
Debe haber el más delicado y puntual esmero en el que trabaje en un caballo, no lo maltrate, y que lo mude antes que se le ponga pesado. No hay cosa más mala que rematar o cansar un caballo. De ellos resultan las muertes y consiguiente menoscabo. El caballo cansado, si no muere, queda lisiado, y ha poco trabajo que haga, se enferma y se cansa. Esto mismo debe tenerse presente cuando se mande un chasque, para hacerle mil encargos con el fin de que camine de modo que no se canse, el caballo al trote y al galope; más trote que galope.

Caballos delgados: Es muy necesario tener caballos delgados para andar, es decir, que para nada debe ensillarse el caballo potente de gordo; porque trabajar en un caballo gordo no es más que mañerearlo y acobardarlo.
Cuando la caballada está gorda se acorrala a fin de que se adelgace, y cuando uno quiere algunos caballos flacos, los tiene a soga.
Caballos del patrón: Debe entenderse que el que los cuide dé cuenta por la mañana y a la noche de estar todos, o no. Debe decir: están todos los caballos. El método es pararles rodeo por la mañana y sacar con el freno un caballo. Al entrar a tomarlo, irá de golpe y ligero; y al tomarlo lo agarrará por donde lo encuentre primero, ya sea de la cola, del lado de montar, del lado de enlazar, de una pata o de la otra. Para que para no le gritará. Lo sacará fuera del rodeo, enfrenado y le dará "la mano"; si a las tres veces de decirle no la entrega,, le jugará en ella con el cuchillo.
Entregado en mano, le cortará el vaso, haciendo esto mismo con la patas de atrás.
Caballos punteros: Y que se cortan solos en las manadas. Deben los capataces cuidar de observarlos al recoger dichas manadas; y lo que se hace es acollarar a los porfiados con las yeguas más seguras, a fin de que de este modo anden las manadas juntas y no una por un lado y otras por otro.

 

Caballo cadenero: Caballo de tiro, de pecho, que va colocado delante del varero en un carro, chata, etc.
Caballo de andar: En el campo se lo llama así al caballo de silla, como también se le dice caballo de montar.
Caballo de carrera: Caballo destinado para correr carreras, al que se prepara con ese fin.
Caballo de pecho: Se llama en el campo al caballo de tiro, de tracción.
Caballo de montar: Caballo de andar, caballo de silla.
Caballo desecho: Caballo deshecho, inútil.
Caballo de silla: En el campo solamente se le dice de andar.
Caballo de tiro: Caballo de repuesto para un viaje, que el paisano montado lleva del cabresto, o que, de lo contrario, va atado a la parte posterior del carro.
En el campo, al caballo de tiro, de tracción, que lleva pechera, se le llama caballo de pecho.
Caballo hecho: Caballo manso y diestro para todos los trabajos.
Caballo loco: Caballo muy inquieto, nervioso.
Caballo pesado: Caballo de raza o con ascendencia de caballo de tiro. Percherón, Frisón, Clydesdale, Postier, Shire, Boulonnais, etc.
Caballo roncador: caballo que ronca, por tener una afección afección en la laringe.

Ver Fotos:

Caballo Cogote derecho, recto

Caballo Cogote arqueado

Caballo Cogote de cisne

Caballo cabeza chata, cogote hundido

Caballo de cogote normal

 

El CAMPO

Cuando el tren sale de la "Gran Cuidad", con el correr de los minutos, poco a poco comienza a recorrer zonas cada vez menos pobladas, hasta que por fin llega al interior del país, al "campo", a los sembrados; los cuales son interrumpidos por ciudades o pueblos que se encuentran a kilómetros de distancia unos de otros.
Y así llegamos a nuestra región, a nuestro NOROESTEBONAERENSE.
Desde la ruta, caminos, o el mismo tren se puede ver campo, campo y campo; trigales, maizales, girasoles y demás. La gente trabajando la tierra, las cosechadoras, sembradoras, las vacas, caballos, ovejas, gallinas, pavos, pájaros y toda la tranquilidad y pureza de la tierra.
Es esa misma tierra la que la gente siembra y planta. Y es esa tierra la que luego ofrece sus frutos. Pero para que esto sucede, esa misma tierra pide trabajo. Y son los "hombres de campo" los que lo realizan, de sol a sol, removiendo la tierra, sembrando, recogiendo, cuidando los animales y las máquinas que los ayudan a cultivar la tierra.
El arado, que cava la tierra haciendo zangas chiquitas que se llaman surcos; que luego la sembradora irá echando las semillas en esos surcos.
Cuando la siembra está terminada, se espera la lluvia para que broten las semillas. Entonces la gente limpia sus maquinarias, recorren a caballo sus lotes, revisan los alambrados, engrasan el molino que los provee de agua, alimentan a sus animales, la señora de la casa cria sus hijos y realiza las tareas hogareñas, y VIVEN.
Y mientras se desarrolla la vida, las semillitas sembradas crecen y ya se pueden ver los sembrados. Cuando llega la época de la cosecha, entran al campo otras máquinas: las trilladoras, desgranadoras y cosechadoras. Primero y hace tiempo encontrábamos las segadoras, que cortan las plantas. Las trilladoras que separan los granitos de las pajas. Las desgranadoras,  que por ejemplo sacan los granos de las mazorcas del maíz. Hoy en la actualidad encontramos LAS COSECHADORAS, que realiza sola las tareas antes mencionadas.
Esa cosecha, es transportada en trenes y camiones a los molinos y las fábricas.

Los caballos, vacas y ovejas entre otros, se crían en praderas donde crece buen pasto. El hombre cuida que nos les falte agua, cura los animales enfermos y protegen a los terneritos, corderos, potrillos, pollitos, cerditos, pavos cuando son recién nacidos.
Hay lugares donde los animales comen el pasto que se siembra especialmente para ellos; y las vacas, caballos y ovejas se crían en grandes corrales y potreros.
Tampoco nos podemos olvidar del tambo. Hasta hace unos años se realizaba a mano con instalaciones principalmente de piso de tierra. Hoy en día, todo se ha modernizado, y la tarea humana es mucho más alivianada con los "tambos mecánicos", y con mejores instalaciones que tienen hasta pisos antideslizantes. El producto de ese tambo, LA LECHE, es recogida por los camiones y llevada directamente a las fábricas.
Las vacas y los caballos son "marcados" con un dibujo sobre el cuero con un hierro caliente, para saber a quien pertenecen. Cuando se marca los animales, también se celebra la llamada "yerra", en la cual a los terneros machos se los capa par que no queden para toros, se los descorna y se come el rico asadito, el cual también cuenta con los huevos de los terneros capados, los cuales se transforman en el manjar principal.

En estas jornadas también se doman caballos que nunca fueron montados; los animales saltan y corcovean hasta que se acostumbran a llevar a los jinetes. Otra tarea es la esquila de las ovejas: con filosas tijeras se les corta la lana a las ovejitas, para luego mandar la lana virgen a las fábricas, donde es elaborada de muy diversas maneras.

Esta es una breve introducción de lo que se puede ver en los campos, incluidos los de la zona del NOROESTEBONAERENSE, la vida, su gente sus costumbres, su lugar, sus trabajos, en definitiva, su cultura.

 

El Facón

Cuchillo grande, recto y puntiagudo, con guardia. Puede tener dos filos y es usado por el gaucho como arma de pelea. Los hay de todo tamaño.
Entre la empuñadura y el  gavilán lleva una media luna y más corrientemente una S; de ahí viene sumir el facón hasta la S. Antiguamente se hacían de una espada o sable roto.
Muy estimados por su temple de acero eran los hechos de lima. Cuando pasa de media vara de largo, se le llama caronero, porque el gaucho lo lleva, por su tamaño, debajo de las caronas de su recado.
José Hernández en su Manual del Estanciero dice: "A los peones no se les debe permitir facón, porque no sirve para el trabajo. Deben usar cuchillo y siempre bien afilado".

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Y, luego, el mismo autor en MARTÍN FIERRO:

Su esperanza es el coraje,
su guardia es la precaución,
su pingo es la salvación
y para uno en su desvelo
sin más amparo qu´el cielo
ni otro amigo qu´el facón.

Cyro Bayo dice: El cuchillo del gaucho porteño; el que pudiera llamarse su sexto dedo, pues con él corta pan, carnea tiras de cuero conque hace sus guasquitas y se defiende de sus enemigos.
Al referirle a un político belga que visitó el país hace algunos años, todos los usos que el paisano hace de su cuchillo y manifestándole que nunca se separaba de el, exclamó: "...Entonces, ¿quiere decir que el cuchillo tanto le sirve al gaucho para abrir un animal, como para cerrar una conversación?
Pelar el facón, de pelar: sacarlo de la vaina, servirse de él. Sumir el facón, cuchillo, hundir el facón, etc. en el cuerpo.
Al facón, también se le llamaba Chaucha.
Pelar la chaucha: desvainar el facón.

Y si la fortuna buena
le regaló un corazón
supo la rubia o morena
que estaba puesta su pena
en la punta de un facón.
                                                               
Belisario Roldán: "ANTE-RAZA"

 

El Gaucho

Campesino rioplatense, tipo étnico, diestro en el dominio del caballo y por excelencia, en el trabajo de ganadería.
El Dr. L. Segovia dice: Hombre de campo, más o menos baqueano, diestro en el manejo del caballo, del lazo, de las boleadoras y del facón; esforzado, altanero y amigo de aventuras. Usa ordinariamente un traje especial.
También se dice que el gaucho es un paisano noble y sencillo y en su persona y caballo se nota el bienestar que disfruta, de manera que inspira confianza desde luego, al paso que el gaucho suscita más bien recelo. Ya se sabe que el llamado gaucho malo descuella por su carácter pendenciero, su conducta criminal y su vida nómade y de aislamiento.
El ser muy jinete, diestro y avisado, le permite salir airoso en circunstancias difíciles.
Don Félix de San Martín, hablando del gaucho dice:
Si el gaucho emplea alguna vez el rebenque en sus combates individuales, limita su aplicación eventual a desarmar al adversario con un golpe en la muñeca o derribarle asestándoselo en medio de las aspas si es acosado peligosamente, pero no pasa de ahí; no ultimará a palos a su enemigo inerte. No pelea en pandilla, sería deshonra. Gusta del duelo mano a mano, de hombre a hombre, y si la ofensa, que le ha hecho parares no ha tocado el fondo de su alma, se conténta con sólo marcar el rostro de su rival.

Gigante con empuje de pampero
encima del corcel,
luz en la mente músculo de acero
y corazón de miel.

 

También se dice del gaucho:
Es el habitante de los campos argentinos: es sumamente experto en el manejo del caballo y en los ejercicios de pastoreo. Por lo regular, es pobre, pero libre e independiente, a causa de su misma pobreza y de sus pocas necesidades, es hospitalario en su rancho, lleno de sutil inteligencia y astucia, ágil de cuerpo, corto de palabras, enérgico y prudente en sus acciones, muy cauto para comunicarse a los extraños, de un tinte muy poético y supersticioso en sus creencias y lenguajes; extraordinariamente diestro para viajar solo por los inmensos desiertos del país, procurándose alimentos, caballos y demás, con su lazo y sus bolas.
Gaucho alzado: Se le llamaba al que andaba por los campos, siempre solo y alerta, ya por su temperamento errante, ya por ser perseguido a causa de haber cometido algún delito.

Gaucho

Gaucho antiguo

 



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